Cien años desde el descubrimiento de la insulina
Estamos conmemorando un siglo desde que se concretara el sueño del investigador canadiense Frederick Banting de aislar la secreción del páncreas capaz de regular el metabolismo de la glucosa y tratar la diabetes. A fines de 1920, Banting plantea su idea acerca del extracto pancreático al Dr. John Macleod, Jefe de Fisiología de la Universidad de Toronto, quien entregó su apoyo y designó a Charles Best, estudiante de cuarto año de Fisiología y Bioquímica para asistirlo, trabajo que se inició en la primavera de 1921. Best asistió a Banting con las mediciones de los niveles de glucosa en sangre y en orina.
Banting y Best comienzan realizando la remoción del páncreas y ligadura de ductos en perros. Los primeros intentos no tuvieron éxito, si bien se obtenía un efecto biológico claro, no se lograba sobrevida de los perros pancreatectomizados. En los casos siguientes se observó un descenso exitoso de la glicemia. A mediados de junio, dos perros con páncreas removido estaban recuperados. El extracto pancreático fue preparado con un nuevo método con alcohol para remover impurezas
Inicialmente, el extracto fue llamado “Isletina”. Banting y Best se inyectaron uno al otro con pequeñas dosis de su extracto pancreático, resultando en ausencia de efectos dañinos.
Posteriormente se incorpora al equipo el Dr. James Collip, para mejorar el desarrollo y purificación del extracto pancreático. Se probó la administración a través de un tubo gástrico, pero no tuvo efecto. Collip usó destilación al vacío para evaporar el alcohol desde la solución. Este extracto funcionó muy bien para reducir los niveles de glucosa en sangre en los perros.
Hacia fines de 1921 Banting publica un artículo con su investigación “The Beneficial Influences of Certain Pancreatic Extracts on Pancreatic Diabetes”.
Al año siguiente comienza la utilización clínica en pacientes. El nuevo nombre de insulina comienza a ser utilizado en mayo de 1922.
Por el dramático efecto que se observó en los pacientes tratados, en 1923 Banting y Macleod recibieron el premio Nobel de Medicina, el cual fue sin duda muy merecido considerando la evolución de este crucial descubrimiento, que ha permitido salvar cientos de miles de vidas humanas en las décadas siguientes.
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