Testosterone and Cardiovascular Risk: Meta-Analysis of Interventional Studies
Corona G, Rastrelli G, Di Pasquale G, Sforza A, Mannucci E, Maggi M.
J Sex Med. 2018 Jun;15(6):820-838.
http://doi.org/10.1016/j.jsxm.2018.04.641
Comentado por la Dra. Cristina Goens. Residente Endocrinología Adultos, Pontificia Universidad Católica de Chile.
INTRODUCCION: El concepto de “hipogonadismo de inicio tardío” es el término usado para describir la condición de ciertos varones que a mayor edad presentan niveles de Testosterona discretamente disminuidos. Para este grupo de pacientes existía la posibilidad de tratamiento con Testosterona, previo a la declaración emitida el año 2015 por la FDA en la cual se estipula que debe restringirse dicha terapia para uso sólo en pacientes con diagnóstico de hipogonadismo clásico (primario o central), debido al mayor riesgo cardiovascular que demostraron algunos estudios en relación al tratamiento con Testosterona.
Se han planteado dudas con respecto a este mayor riesgo cardiovascular atribuido a la terapia con Testosterona. Éste estudio, a través de método de meta-análisis, busca verificar si la terapia con Testosterona aumenta el riesgo de morbi-mortalidad cardiovascular
MÉTODOS: Se realizó una búsqueda extensa de estudios fármaco-epidemiológicos y estudios controlados randomizados en MEDLINE, Embase y Cochrane que evaluaran los efectos de Testosterona versus placebo en diferentes resultados cardiovasculares entre los años 1969 y marzo de 2017. Sólo se incluyeron estudios con Testosterona, y se excluyeron aquellos con uso de otros andrógenos, o con uso simultáneo de otras drogas como inhibidores de la Fosofodiesterasa 5. Se seleccionaron 91 estudios randomizados que reportaban efectos adversos cardiovasculares mayores; y en ellos se buscó cual era el efecto de la Testosterona versus placebo en la incidencia de lo que denominaron “MACE” que correspondía a Eventos Adversos Cardiovasculares Mayores, definidos como: muerte cardiovascular, infarto agudo al miocardio no fatal, accidente cerebrovascular, síndrome coronario agudo e Insuficiencia cardíaca. 59 estudios fueron excluidos por reportar cero eventos, por lo cual el análisis se hizo en base a 32 estudios. Por otro lado, se seleccionaron 15 estudios fármaco-epidemiológicos, que fueron estudios observacionales en los que se buscó asociación entre terapia con Testosterona y aumento de eventos cardiovasculares. Se controló la calidad de los estudios según las sugerencias de Cochrane y con ROBINS-I y se evaluó el riesgo de sesgo de los estudios fármaco-epidemiológicos. Los análisis estadísticos se hicieron en los estudios controlados utilizando Odds ratio Mantel-Haenzel usando intervalos de confianza de 95%, en base a intención de tratar y excluyendo los estudios con cero eventos reportados. Se realizaron sub-análisis en base a las características de la población.
RESULTADOS: En los estudios controlados randomizados se encontró que el uso de Testosterona no se asocia con mayor incidencia de MACE en relación a placebo (MH-OR 0.97 [95% IC 0.6-1.46]; p=0.88). También se observó que hay un efecto protector de la Testosterona en el sub-grupo de pacientes obesos (IMC>30) y un incremento en el riesgo cardiovascular en pacientes en los cuales se usaron dosis de Testosterona más altas que las recomendadas en la actualidad.
En relación a los estudios fármaco-epidemiológicos, se analizaron 1.382.395 sujetos, seguidos por un período de 233 semanas y de edad promedio 64.2 años. En éstos pacientes se observó un rol protector de Testosterona en relación a riesgo cardiovascular.
DISCUSIÓN: Los estudios controlados no mostraron aumento de riesgo cardiovascular asociado a Testosterona, pero están limitados por el número de pacientes y por la falta de información sobre efectos a largo plazo (se realizó seguimiento sólo a 3 años). Los estudios fármaco-epidemiológicos incluidos en este estudio mostraron efecto protector de Testosterona, pero eran muy heterogéneos y con sesgos importantes. Este tipo de estudio tiene sesgos por: selección no al azar de quien recibe terapia, carencia de datos sobre niveles de testosterona al inicio y durante la terapia, preparaciones de testosterona usadas, abandonos, nivel de hematocrito, entre otros.
CONCLUSIONES: No hay evidencia en estos estudios que demuestre un aumento del riesgo cardiovascular asociado a Testosterona. Se requieren estudios prospectivos con seguimiento a largo plazo para poder demostrar esto con evidencia de mejor calidad.
Comentado por:
Dra. Cristina Goens
Residente Endocrinología Adulto
Pontificia Universidad Católica de Chile
J Sex Med. 2018 Jun;15(6):820-838.
http://doi.org/10.1016/j.jsxm.2018.04.641
Comentado por la Dra. Cristina Goens. Residente Endocrinología Adultos, Pontificia Universidad Católica de Chile.
INTRODUCCION: El concepto de “hipogonadismo de inicio tardío” es el término usado para describir la condición de ciertos varones que a mayor edad presentan niveles de Testosterona discretamente disminuidos. Para este grupo de pacientes existía la posibilidad de tratamiento con Testosterona, previo a la declaración emitida el año 2015 por la FDA en la cual se estipula que debe restringirse dicha terapia para uso sólo en pacientes con diagnóstico de hipogonadismo clásico (primario o central), debido al mayor riesgo cardiovascular que demostraron algunos estudios en relación al tratamiento con Testosterona.
Se han planteado dudas con respecto a este mayor riesgo cardiovascular atribuido a la terapia con Testosterona. Éste estudio, a través de método de meta-análisis, busca verificar si la terapia con Testosterona aumenta el riesgo de morbi-mortalidad cardiovascular
MÉTODOS: Se realizó una búsqueda extensa de estudios fármaco-epidemiológicos y estudios controlados randomizados en MEDLINE, Embase y Cochrane que evaluaran los efectos de Testosterona versus placebo en diferentes resultados cardiovasculares entre los años 1969 y marzo de 2017. Sólo se incluyeron estudios con Testosterona, y se excluyeron aquellos con uso de otros andrógenos, o con uso simultáneo de otras drogas como inhibidores de la Fosofodiesterasa 5. Se seleccionaron 91 estudios randomizados que reportaban efectos adversos cardiovasculares mayores; y en ellos se buscó cual era el efecto de la Testosterona versus placebo en la incidencia de lo que denominaron “MACE” que correspondía a Eventos Adversos Cardiovasculares Mayores, definidos como: muerte cardiovascular, infarto agudo al miocardio no fatal, accidente cerebrovascular, síndrome coronario agudo e Insuficiencia cardíaca. 59 estudios fueron excluidos por reportar cero eventos, por lo cual el análisis se hizo en base a 32 estudios. Por otro lado, se seleccionaron 15 estudios fármaco-epidemiológicos, que fueron estudios observacionales en los que se buscó asociación entre terapia con Testosterona y aumento de eventos cardiovasculares. Se controló la calidad de los estudios según las sugerencias de Cochrane y con ROBINS-I y se evaluó el riesgo de sesgo de los estudios fármaco-epidemiológicos. Los análisis estadísticos se hicieron en los estudios controlados utilizando Odds ratio Mantel-Haenzel usando intervalos de confianza de 95%, en base a intención de tratar y excluyendo los estudios con cero eventos reportados. Se realizaron sub-análisis en base a las características de la población.
RESULTADOS: En los estudios controlados randomizados se encontró que el uso de Testosterona no se asocia con mayor incidencia de MACE en relación a placebo (MH-OR 0.97 [95% IC 0.6-1.46]; p=0.88). También se observó que hay un efecto protector de la Testosterona en el sub-grupo de pacientes obesos (IMC>30) y un incremento en el riesgo cardiovascular en pacientes en los cuales se usaron dosis de Testosterona más altas que las recomendadas en la actualidad.
En relación a los estudios fármaco-epidemiológicos, se analizaron 1.382.395 sujetos, seguidos por un período de 233 semanas y de edad promedio 64.2 años. En éstos pacientes se observó un rol protector de Testosterona en relación a riesgo cardiovascular.
DISCUSIÓN: Los estudios controlados no mostraron aumento de riesgo cardiovascular asociado a Testosterona, pero están limitados por el número de pacientes y por la falta de información sobre efectos a largo plazo (se realizó seguimiento sólo a 3 años). Los estudios fármaco-epidemiológicos incluidos en este estudio mostraron efecto protector de Testosterona, pero eran muy heterogéneos y con sesgos importantes. Este tipo de estudio tiene sesgos por: selección no al azar de quien recibe terapia, carencia de datos sobre niveles de testosterona al inicio y durante la terapia, preparaciones de testosterona usadas, abandonos, nivel de hematocrito, entre otros.
CONCLUSIONES: No hay evidencia en estos estudios que demuestre un aumento del riesgo cardiovascular asociado a Testosterona. Se requieren estudios prospectivos con seguimiento a largo plazo para poder demostrar esto con evidencia de mejor calidad.
Comentado por:
Dra. Cristina Goens
Residente Endocrinología Adulto
Pontificia Universidad Católica de Chile